Me causaban mucha intriga los esmaltes semipermanentes que no necesitan lámpara. En Argentina primero salieron los de Sally Hensen, pero me parecían caros y me rehusaba a gastar 200 pesos en un esmalte. Ahora llegaron los de Revlon, a un precio más barato y con un variedad de colores interesante.
Aclaro que me como (muerdo) las uñas, suelo darle a los bordes con la excusa de “me estoy sacando el esmalte“. Con estos esmaltes esa excusa no vale. Los bordes no se saltan, por lo menos no hasta varios días después de pintadas.
Su lado negativo? Es imposibele dar pinceladas parejas. Siempre me queda más concentración de esmalte en unos lugares que en otros, sobre todo con los colores más claritos.
Probé estos tres:
La Diamond Top Coat se vende por separado y es la que potencia la duración del esmalte. Lo que valora mi lado más ansioso es que se seca rapidísimo! La probé con otros esmaltes abajo y también funciona, aunque no me sirvió tanto como con los esmaltes de esta linea.
Mi conclusión? Sirven. No tanto como los esmaltados que duran semanas, pero 5 días lavando platos se la bancan.
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