Las pestañas de abajo son una cosa complicadísima de pintar, por lo menos para mí. Pocas son las veces que consigo pintarlas en tooda su dimensión sin dejarme un manchón negro en la cara. La máscara Clinique Bottom lashes es, obviamente, prescindible. Es otro gran invento del marketing pero que viene a este mundo a hacer nuestras vidas, estéticamente activas, un poco más simples. El cepillo es chiquito, igual que el envase porque trae solo ¼ de contenido que una máscara común. En Estados Unidos sale 10 dólares, yo la conseguí en el Free Shop de Buquebus por 12 dólares y puede que esté disponible en Falabella. El diseño del cepillo hace que puedas llegar a TODAS las pestañas; no solo a las de abajo sino también a las de la parte interna (?) del ojo. Con esta máscara definitivamente se nota que tenes los ojos pintados. Deja las pestañas largas y tupidas. Para mi no es una máscara para todos los días, pero sí para la noche cuando queres tener pestañas mega definidas.
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